Amoniaco y lejía en los ojos

 

Recientemente ha fallecido en Madrid una mujer intoxicada por inhalación de amoniaco tras pasar cerca de dos horas limpiando con ese producto y con lejía la cocina de su casa. Al mezclar estos dos productos se lleva a cabo una reacción química que da lugar a la cloramina, que es muy tóxica.

El amoniaco  o hidróxido de amonio es una sustancia muy utilizada en productos de limpieza domésticos. Es una sustancia muy volátil que pasa a estado gaseoso rápidamente y con un olor fuerte característico.  La mayoría de soluciones de amoniaco para uso doméstico tienen una concentración entre el 5 y el 10%. Según el Servicio de Información Toxicológica, del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, el amoniaco es una sustancia tóxica que genera un gas irritante que puede producir quemaduras en las mucosas de ojos, nariz, boca, garganta y pulmones. La exposición a altas concentraciones de amoniaco como en el caso de Madrid puede llegar a producir la muerte. Los síntomas de la intoxicación por amoniaco son tos, respiración con dificultad, dolor y sensación de quemazón en el pecho y ojos llorosos. También puede aparecer dolor e irritación en garganta y boca, inflamación de los labios, vómitos, alucinaciones, ceguera y alteración del ritmo cardíaco.

Son comunes las irritaciones y quemaduras en ojos, por contacto o salpicaduras. Muchos productos de limpieza si no se usan convenientemente pueden provocar conjuntivitis, lesiones en córnea y párpados. Ante este tipo de accidentes es fundamental no frotarse los ojos. Lo mejor es acudir al baño y lavarlos con agua abundante durante al menos 15 minutos. Si usamos lentillas, será necesario quitarlas inmediatamente. Es muy importante lavar los ojos abiertos con mucha agua ya que si no se actúa a tiempo la situación en algunos casos, puede derivar en pérdida de visión e incluso ceguera.

Acude a tu oftalmólogo

La forma en al que se debe lavar el ojo también es vital, siempre debe ser en el mismo sentido, desde la nariz al ojo para evitar que si ha caído químico en el ojo no caiga en el otro y se extienda el daño. El chorro de agua debe ser continuo y no debe caer con fuerza sobre el ojo, puesto que podría causar aún más lesiones. Durante el lavado, la persona afectada debería mirar en todas direcciones, moviendo el globo ocular para que el agua alcance todas las partes del ojo.

Después del lavado, y lo antes posible debe de acudir al oftalmólogo para que realice un completo examen del ojo a pesar de que no se sienta molestia alguna.

 

Si se produce una salpicadura de producto de limpieza sobre los ojos:
  • Retirar las lentillas.
  • Lavado con agua o suero fisiológico, retrayendo bien el párpado, y moviendo el globo ocular durante 10-20 minutos o incluso más tiempo en función del producto.
  • Cubrir los ojos con un apósito estéril y acudir urgencias.
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