En la actualidad los ordenadores y pantallas se han incorporado a nuestro modo de vida y a los puestos de trabajo de forma masiva. Los usuarios habituales de estas dispositivos están expuestos a padecer diversas molestias, entre las que se encuentran dolores de cabeza, dolores músculo-esqueléticos, rigidez de cuello, y diversos síntomas oculares y visuales.
Mirar a una pantalla durante mucho tiempo puede provocar fatiga visual. Sus síntomas se manifiestan principalmente como molestias oculares (picor, quemazón, sequedad o lagrimeo, dificultad para enfocar los objetos, visión doble, etcétera). A pesar de su incomodidad, es un problema pasajero que desaparece con descanso, por lo que no tiene por qué dañar al ojo.
Existen una serie de indicaciones que pueden ayudarnos a reducir o evitar la fatiga visual.
1. Configurar un entorno de trabajo adecuado.
- La pantalla, el teclado y los documentos escritos deben encontrarse a una distancia similar de los ojos (45 a 55 cm).
- El borde superior de la pantalla debe situarse a la altura de los ojos del usuario con un ángulo de 90º y a una distancia de 50 a 70 cm.
- Evitar los reflejos de las ventanas y luces superiores. Si en la pantalla apagada se reflejan las luces que están encendidas habitualmente en la habitación es aconsejable cambiar la posición del monitor.
- Ajustar correctamente el brillo del monitor, evitando que el exceso provoque molestias al mirarlo prolongadamente.
- Aunque cada vez se utilizan menos, los monitores de tubo producen una mayor fatiga visual debido a sus características. Es una buena idea sustituir el viejo monitor CRT por una pantalla plana LCD, que proporcionará mayor comodidad. Si no hay posibilidad de cambio, trate al menos de seleccionar la mayor frecuencia de actualización de su monitor.
2. Descansar de vez en cuando y prevenir la sequedad ocular.
- Fijar la vista en un objeto lejano durante 10 a 15 segundos de vez en cuando para relajar los músculos que permiten acomodar la visión cercana.
- Parpadear de forma intencionada, al menos cada 5 minutos.
- Tratar la sequedad ocular. Muchos usuarios de pantallas padecen de alteraciones en su película lagrimal o de sequedad ocular y pueden beneficiarse de la prescripción de lágrimas artificiales o colirios hidratantes.
- Acudir al oftalmólogo una vez al año para detectar y corregir cualquier problema, así como comprobar que seguimos sin necesitar gafas en caso de que no las usemos, o bien que no necesitamos cambiar las que tenemos.
- Especialmente para las personas que usan gafas bifocales o progresivas, considerar la utilización de unas gafas adecuadas para la distancia de trabajo al ordenador, ya que no siempre coincidirá con la corrección habitual para las distancias lejanas y cercanas.
En cualquier caso es aconsejable que las personas que trabajan con ordenadores consulten con su oftalmólogo en caso de molestias persistentes.