Fotofobia: causas, síntomas y tratamientos

La fotofobia, o sensibilidad a la luz, es la molestia e incluso intolerancia que algunas personas sienten ante la luz.  Fuentes como la luz del sol, la luz fluorescente y la incandescente pueden causar incomodidad, que suele ir acompañada de la necesidad de cerrar o taparse los ojos. En algunos casos, esta excesiva sensibilidad a la luz puede ir acompañada de dolores de cabeza.

Fotofobia: síntomas, causas y tratamientos

Síntomas y causas de la fotofobia

El síntoma principal de la fotofobia se manifiesta cuando la luz es excesiva, brillante o intensa pero, en casos extremos, se pueden sufrir episodios ante cualquier tipo de luz. La fotofobia no es una enfermedad ocular como tal, sino un síntoma de otros trastornos, tales como infección o inflamación.  La sensibilidad a la luz también puede ser un síntoma de enfermedades que no afectan a los ojos directamente, como enfermedades causadas por virus, dolores graves de cabeza o migrañas.

Las personas con un color de ojos más claro pueden experimentar más sensibilidad a la luz en entornos con una fuerte luz del sol. La fotofobia acompaña frecuentemente al albinismo por una falta de pigmento ocular.

Es posible que algunos pacientes intervenidos de cirugía refractiva perciban un aumento de la sensibilidad a la luz del sol y a los resplandores. Esta sensibilidad, normalmente se resuelve de manera espontánea a medida que los ojos se acostumbran a la nueva situación.

Otras causas de fotofobia pueden ser: abrasión corneal;  desprendimiento de retina; uveítis; queratitis; iritis; irritaciones por lentes de contacto; quemaduras solares;  e incluso, trastornos del sistema nervioso central como la meningitis.

Algunos medicamentos también pueden ocasionar sensibilidad a la luz como efecto secundario. Algunos de estos medicamentos son belladonna, furosemida, quinina, tetraciclina y doxiciclina.

¿Se puede tratar la fotofobia?

El mejor tratamiento para la sensibilidad a la luz es tratar la causa subyacente. Si la fotofobia se produce por un medicamento, lo ideal es consultar al médico que lo recetó sobre la posibilidad de interrumpir el tratamiento o cambiar el fármaco por otro. Si no es ese el caso, consulta a tu oftalmólogo para que descarte cualquier problema grave.

Si se es sensible a la luz por naturaleza y no existe causa médica, los consejos para paliar la fotofobia son muy fáciles de llevar a cabo:

  • Evite la luz fuerte del sol.
  • Evite fuentes directas y potentes de luz (fluorescentes, luces directas…).
  • Use sombreros de ala ancha o gorras con vieras grandes.
  • En el exterior, use gafas de sol con protección ultravioleta (UV) todo el año, incluso si está nublado. Lo ideal es que sean polarizadas.
  • Use gafas con lentes fotocromáticos (se oscurecen automáticamente bajo el sol y bloquean el 100 % de los rayos ultravioletas del sol).
  • En casos extremos, consulta al oftalmólogo, ya que se puede usar unas lentes de contacto específicas especialmente coloreadas que pueden reducir la cantidad de luz.
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