En las técnicas refractivas de superficie, no se realiza ninguna tapeta o flap corneal, sino que directamente se elimina el obstáculo que supone el epitelio corneal para aplicar el láser excímer.
En estas técnicas de superficie para cirugía refractiva sólo se utiliza un tipo de láser: el láser excimer. Esto marca la diferencia con otras técnicas, como la técnica SMILE sólo se usa el láser de femtosegundo y como la técnica Femtolasik se utilizan ambos, el láser de femtosegundo y el láser excimer).
Con la técnica PKR, más tradicional, se procede a la eliminación del epitelio, que se puede hacer de forma mecánica o con una solución de alcohol. En cambio con la técnica Lasek, considerada más elegante, no se elimina el epitelio sino que se retira para la intervención y se vuelve a colocar tras realizar el tratamiento con el láser excimer.
Explicación sobre la técnica Lasek para cirugía refractiva
Explicación sobre la técnica PRK para cirugía refractiva
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El flap epitelial se retira hasta la zona superior donde el cirujano conserva una bisagra de sujeción. Se aplica el láser sobre la superficie expuesta. El láser dispone de un mecanismo de seguimiento de los movimientos oculares (eye-tracker) que permite que los impactos del láser se dirijan a los lugares adecuados. Se vuelve a colocar el epitelio en su lugar de tal modo que la herida del láser queda protegida del exterior. Como el epitelio es una capa muy fina es necesario colocar una lente de contacto de cinco a siete días para conseguir una cicatrización corneal correcta.
También se puede utilizar un microquerátomo mecánico para retirar el epitelio. Esta técnica se llama EPILASIK.
En algunos casos, al final de la intervención, son utilizados fármacos como la mitomicina C para evitar posibles complicaciones en la cicatrización del procedimiento. Se trata de la técnica denominada A.S.A.
El procedimiento de la técnica Lasek en la cirugía de miopía y demás defectos refractivos
- La intervención dura aproximadamente 5 minutos por ojo y se lleva a cabo con anestesia en gotas. Se coloca un marcador sobre la superficie corneal y se instilan unas gotas de una disolución de etanol.
- El cirujano despega el epitelio corneal (la capa más superficial de la córnea) sin realizar ninguna acción de corte.
- Se retira el epitelio marcado sin romperlo (conservándolo en toda su integridad).
- Se aplica el láser sobre la superficie expuesta. El láser dispone de un mecanismo de seguimiento de los movimientos oculares (eye-tracker) que permite que los impactos del láser se dirijan a los lugares adecuados.
- Se vuelve a colocar el epitelio en su lugar de tal modo que la herida del láser queda protegida del exterior.
- Como el epitelio es una capa muy fina es necesario colocar una lente de contacto durante cinco a siete días para conseguir una cicatrización corneal correcta.